Hace años y por nuestra actividad profesional dentro del Coaching, acompañamiento a objetivos especializados en clima laboral, nos abrieron las puertas de una importante federación del sector social para trabajar por toda Andalucía. Al principio fue una oportunidad de trabajo, hablaríamos con todos los componentes de sus equipos de valores, empatía, comunicación eficiente entre ellos, las cosas positivas que se aportaban entre compañeros, con los usuarios y con sus familias, que aprendieran y asumieran el papel fundamental que su esfuerzo significaba para todo su entorno. Y fue uno de los mayores regalos que hemos recibido, nos abrieron las puertas de par en par a un mundo de posibilidades que tanto para ellos como para nosotros se fue enriqueciendo y alimentando, no fue suma, fue una multiplicación exponencial.
Da igual con quien te cruces, desde enfermeras a directivos, desde cocineros a limpiadoras, desde conserjes a trabajadores sociales, hay un elemento común que está agarrado a sus días, la sonrisa por delante, acompañada de la vocación y la entrega a su foco: los usuarios. Y eso sin quitar del medio la dureza de sus trabajos, esa que es invisible por las aceras de sus centros cuando paseamos sin atisbar lo que se cuece dentro: el duelo por la ausencia de alguien a quien has cogido un especial cariño, los turnos de guardia que te impiden conciliar, los contratos temporales que hacen que haya apuestas personales y familiares por seguir adelante, el paso de los años de los profesionales que hace que haya un desgaste físico, y la tensión emocional de estar al servicio de las personas.
Por todo eso, esto es un pequeño homenaje a todas las asociaciones u organizaciones que siguen en pie con los valores por bandera. A todos los que ponen su corazón por ver cómo avanzamos como sociedad, y a las miradas del interior que nos ayudan sin saber cómo lo que son capaces de generar con un simple “buenos días” incide en la buena salud física y mental de los que trabajan y se levantan cada mañana.
Hablamos de nuestra experiencia, de la que hemos visto al ir de la mano con los que cuidan. Ellos lo hacen de una manera alucinante, y hemos aprendido tanto que nos ha hecho ser mejores profesionales por tener un espejo desde la solidaridad, y mejores personas por ver como desde las emociones hay trabajadores grandiosos.
Empresas del tercer sector, del sector social, gracias, no sumáis. Sois multiplicación constante.
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